viernes, 29 de enero de 2016

En lo alto

Permaneces, piedra tallada, inmóvil. Testigo del tiempo en la altura que habitas bajo el cielo, mirando de reojo el nido próximo: ¡quién pudiera volar! aunque finalmente se quebrara, por un momento podría respirar la libertad.
Inquietas aves altaneras, efímera es su vida, leve pluma volando siempre ocupada en procurarse el alimento, el cobijo, subsistiendo: ¡quién pudiera permanecer! cual piedra firme e inmutalbe perdurando eterna sobre recias catedrales.
¡Quién pudiera! vivir ahí, tan arriba, donde poder medir el horizonte y alcanzar a ver lo que se espera antes que llegue y se evapore.





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