viernes, 29 de enero de 2016

Pasarela a la luz.

Sabes que hay luz al final, pero no te has preparado suficiente. En tu plácida penumbra imaginas la luz, pero no tienes valor para mirarla de frente. En la seguridad mezquina, al abrigo de las sombras, consumes tus días tristemente. ¡Avanza! ¡Atrévete! ¡Deja que la luz te ciegue, acaricie con fuerza tu piel, caliente tu corazón! ¡Abre los ojos!
Pero te has acurrucado en tu rincón: prefieres la ceguera.

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